Esta vez voy a emular a Audrey Herpburn en aquella famosa película, todo un clásico, Vacaciones en Roma, dónde ella viaja de incógnito y vive un romance con un periodista, claro que ni soy princesa , ni cándida paloma y dudo mucho que ningún paparazzi americano se cruce en mi camino, pero por lo demás….todo, lo haré todo ,intentaré, en esta breve estancia ,recorrer cada calle, cada plaza y por supuesto, cada iglesia, bueno algunas escogidas, todas es imposible, me extasiaré en la capilla Sixtina, ,me tomaré un delicioso espresso en algún café recoleto, comeré una magnifica lasagna ,y me beberé una grappa, vamos que me entregaré sin

Bueno espero haberle puesto a más de uno ,los dientes largos, y os abandono ,que estoy preparando la descomunal maleta que me suele acompañar en mis excursiones ,mientras bendigo ,una vez más ,al eminente inventor que se le ocurrió poner ruedas a las valijas, bendito sea ,esté donde esté, que sería de mí ,de nosotras, sin ellas.
Hoy os dejo, cómo no, un fragmento del memorable baño cinematográfico de Anita Ekberg en la fontana ,una presentación sobre el cuadro médico de un hospital japonés(antiguo remasterizado) y el “otro anuncio” del calvo de la lotería de Navidad.
Buen fin de semana, volveré para despedirme antes del viaggio a la Cittá Eterna.

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