martes, octubre 23, 2007

Monologo

No soy aficionada al Club de la Comedia,pero me han enviado este monólogo por correo electrónico y me parece muy bueno...estos funcionarios!

Monólogo de Amparo Baró en Club de la Comedia hablando de funcionarios.



El otro día tuve que salir para hacer unas gestiones burocráticas ...

nada complicado, ¿eh? ... Tuve que ir a sacar un certificado de

empadronamiento para renovar el DNI, porque como me he cambiado de

domicilio, me hacía falta para compulsar una fotocopia para presentar

en Hacienda.... lo típico.



Y una cosa puedo decir: he descubierto una raza superior, LOS

FUNCIONARIOS ... Es que los funcionarios no son igual que el resto de

los humanos ... Para empezar, el ser humano desayuna una vez al día

... Pues los funcionarios, no. Los funcionarios, vayas a la hora que

vayas, siempre están desayunando. Lo que creo, es que hacen guardia

para que siempre haya uno desayunando. Incluso creo que tienen montada

una red, de tal manera que, en cuanto te ven llegar, se avisan por

teléfono:



- Oye Jiménez, Jiménez, que acaba de entrar una con cara de buscarte,

que no sé ... Anda vete corriendo a desayunar ...



Y así pasa, que tu haces 4 horas de cola, llegas a la ventanilla y te dicen:

- Esto no es de mi competencia, lo lleva Jiménez, y ahora justamente

estará desayunando ...



Pero aún puede ser peor, ¿eh? Te pueden decir:

- Mire, señora, esto lo lleva Jiménez, pero hoy no ha venido porque

tiene un día Moscoso ...



Que, claro, cuando oí la palabra Moscoso, pensé que era una gripe con

mocos ... Pues no ... Es un día libre que tienen. No será una gripe,

pero es igual de contagioso, porque hoy la tiene Jiménez, ayer la tuvo

aquel, la semana pasada el bedel ... En fin, que tuve que hacer 3

viajes hasta que se me apareció Jiménez ...



¡Bueno! Al verle, es que me temblaban las piernas. La verdad es que

casi me daban ganas de pedirle un autógrafo. Y va y me dice:



- Pero, señora, ¡esto es urgente! ¿Cómo ha tardado usted tanto en

venir a recoger el certificado?



Y tú, claro, ... ante esa raza superior, pues te acojonas y dices:

- Pues mire, es que vine la semana pasada y usted tenía un mocoso y su

compañero no sabía nada, ...



Entonces ... él te mira como la de Fama, como diciendo: "buscas el

certificado, pero el certificado cuesta, y aquí es donde vas a empezar

a pagar, ... con sudor" ...



Por fin te da un impreso y te dice:

- Vaya a que se lo selle el oficial adjunto ...

- Y, ¿dónde está ese Señor?

- Bueno, pues ahora justamente debe estar desayunando.



Y ahí te quedas esperando al oficial adjunto, y viendo lo cariñosos

que son los funcionarios ... todos hablando por teléfono con la

familia, con el padre, con el tío, con la prima, y ¡claro!, tú te

solidarizas con ellos ... ¡acordándote de la madre que los parió a

todos!



Por fin llega el oficial adjunto, y antes de que puedas abrir la boca te

dice:

- Enseguida le atiendo, espere un momento.



Y cuando un funcionario dice "espere un momento" ... ¡Atención!

¡¡¡Porque aunque no se note, el va a entrar en otra dimensión!!! Lo

que para ti van a ser dos horas de reloj, para él son unos minutitos

de nada. Pero unos minutitos muy bien aprovechados, ¿eh?, que cuando

viene, vuelve cargado con las bolsas de Hipercor, con la merluza

congelada goteando ... Y es que, claro, los funcionarios, como raza

superior, tienen el poder de dominar el tiempo.



Tú, por ejemplo, le preguntas a un funcionario cualquiera:

- ¿En qué cae el año que viene el puente de la Inmaculada?



Y él, en menos de un microsegundo, te dirá sin pestañear el año, el

mes, el día y hasta te informará de que él ya tiene reservado el

puente para irse a Altea ... El Windows Millenium a su lado es como la

cuenta de la vieja ...



Por fin, como ya tienes el certificado sellado, te vas a Hacienda, que

en el fondo es lo que estabas deseando. La cola de Hacienda es como la

cola del dentista ... sabes que algo te van a sacar ... Y pasa una

cosa curiosa, cuando por fin te toca, el funcionario que está detrás

de la mesa te dice:



- Siéntese.



¡¡¡Malo, malo, malo!!! ¿Ustedes conocen a alguien que le hayan dado

una buena noticia sentado? Pero bueno, tú te sientas, abres tu

carpetilla azul con gomitas donde pone "HACIENDA", sacas los papeles,

él los coge, empieza a leerlos y también empieza a poner caras raras

... y mientras lo lee, te mira de una forma intermitente, como

diciendo: "¡¡¡es usted una choriza!!! ... Y tú, muerta de miedo,

pensando "Que habré hecho" ...



Te sientes como en el corredor de la muerte esperando a que te frían ...

Y en ese momento suena el teléfono. El tío, impertérrito mirando el

ordenador ... y el teléfono sonando ... y el tío mirando el ordenador

... y el teléfono sonando, y el tío sin hacer caso ... y el teléfono

sonando ... que te dan ganas de decir: "Pero conteste, ¡¡¡por el amor

de Dios!!!". Que puede ser el indulto ...



Por fin le da a una tecla del ordenador y te dice:

- Pero es que esto está mal. Esto, ¿quién lo ha hecho?



Y tú otra vez acojonada dices:

- ... Pues, Jiménez ... pero no le diga que se lo he dicho yo.

- Pues tendrá usted que traerme otro certificado antes de 24 horas,

por que sino tendrá que pagar una multa de 2.500?, por que estos datos

no se corresponden con los de mi ordenador ...



¡Sacarle otro certificado a Jiménez en menos de 24 horas! ... Y le digo:

- ¿No sería mejor y más fácil que yo le comprara a usted otro ordenador? ...



Pero la próxima vez ... a mi no me pillan, ¿eh?.... No, no. La próxima

vez, cuando yo esté sentada delante del funcionario, sacaré el termo

de café, mi bandeja con bollo, un exprimidor, dos kilos de naranjas

... y le diré:



- Aquí tiene usted el desayuno, pero de aquí no se mueve.



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