Monólogo de Amparo Baró en Club de la Comedia hablando de funcionarios.
El otro día tuve que salir para hacer unas gestiones burocráticas ...
nada complicado, ¿eh? ... Tuve que ir a sacar un certificado de
empadronamiento para renovar el DNI, porque como me he cambiado de
domicilio, me hacía falta para compulsar una fotocopia para presentar
en Hacienda.... lo típico.
Y una cosa puedo decir: he descubierto una raza superior, LOS
FUNCIONARIOS ... Es que los funcionarios no son igual que el resto de
los humanos ... Para empezar, el ser humano desayuna una vez al día
... Pues los funcionarios, no. Los funcionarios, vayas a la hora que
vayas, siempre están desayunando. Lo que creo, es que hacen guardia
para que siempre haya uno desayunando. Incluso creo que tienen montada
una red, de tal manera que, en cuanto te ven llegar, se avisan por
teléfono:
- Oye Jiménez, Jiménez, que acaba de entrar una con cara de buscarte,
que no sé ... Anda vete corriendo a desayunar ...
Y así pasa, que tu haces 4 horas de cola, llegas a la ventanilla y te dicen:
- Esto no es de mi competencia, lo lleva Jiménez, y ahora justamente
estará desayunando ...
Pero aún puede ser peor, ¿eh? Te pueden decir:
- Mire, señora, esto lo lleva Jiménez, pero hoy no ha venido porque
tiene un día Moscoso ...
Que, claro, cuando oí la palabra Moscoso, pensé que era una gripe con
mocos ... Pues no ... Es un día libre que tienen. No será una gripe,
pero es igual de contagioso, porque hoy la tiene Jiménez, ayer la tuvo
aquel, la semana pasada el bedel ... En fin, que tuve que hacer 3
viajes hasta que se me apareció Jiménez ...
¡Bueno! Al verle, es que me temblaban las piernas. La verdad es que
casi me daban ganas de pedirle un autógrafo. Y va y me dice:
- Pero, señora, ¡esto es urgente! ¿Cómo ha tardado usted tanto en
venir a recoger el certificado?
Y tú, claro, ... ante esa raza superior, pues te acojonas y dices:
- Pues mire, es que vine la semana pasada y usted tenía un mocoso y su
compañero no sabía nada, ...
Entonces ... él te mira como la de Fama, como diciendo: "buscas el
certificado, pero el certificado cuesta, y aquí es donde vas a empezar
a pagar, ... con sudor" ...
Por fin te da un impreso y te dice:
- Vaya a que se lo selle el oficial adjunto ...
- Y, ¿dónde está ese Señor?
- Bueno, pues ahora justamente debe estar desayunando.
Y ahí te quedas esperando al oficial adjunto, y viendo lo cariñosos
que son los funcionarios ... todos hablando por teléfono con la
familia, con el padre, con el tío, con la prima, y ¡claro!, tú te
solidarizas con ellos ... ¡acordándote de la madre que los parió a
todos!
Por fin llega el oficial adjunto, y antes de que puedas abrir la boca te
dice:
- Enseguida le atiendo, espere un momento.
Y cuando un funcionario dice "espere un momento" ... ¡Atención!
¡¡¡Porque aunque no se note, el va a entrar en otra dimensión!!! Lo
que para ti van a ser dos horas de reloj, para él son unos minutitos
de nada. Pero unos minutitos muy bien aprovechados, ¿eh?, que cuando
viene, vuelve cargado con las bolsas de Hipercor, con la merluza
congelada goteando ... Y es que, claro, los funcionarios, como raza
superior, tienen el poder de dominar el tiempo.
Tú, por ejemplo, le preguntas a un funcionario cualquiera:
- ¿En qué cae el año que viene el puente de la Inmaculada?
Y él, en menos de un microsegundo, te dirá sin pestañear el año, el
mes, el día y hasta te informará de que él ya tiene reservado el
puente para irse a Altea ... El Windows Millenium a su lado es como la
cuenta de la vieja ...
Por fin, como ya tienes el certificado sellado, te vas a Hacienda, que
en el fondo es lo que estabas deseando. La cola de Hacienda es como la
cola del dentista ... sabes que algo te van a sacar ... Y pasa una
cosa curiosa, cuando por fin te toca, el funcionario que está detrás
de la mesa te dice:
- Siéntese.
¡¡¡Malo, malo, malo!!! ¿Ustedes conocen a alguien que le hayan dado
una buena noticia sentado? Pero bueno, tú te sientas, abres tu
carpetilla azul con gomitas donde pone "HACIENDA", sacas los papeles,
él los coge, empieza a leerlos y también empieza a poner caras raras
... y mientras lo lee, te mira de una forma intermitente, como
diciendo: "¡¡¡es usted una choriza!!! ... Y tú, muerta de miedo,
pensando "Que habré hecho" ...
Te sientes como en el corredor de la muerte esperando a que te frían ...
Y en ese momento suena el teléfono. El tío, impertérrito mirando el
ordenador ... y el teléfono sonando ... y el tío mirando el ordenador
... y el teléfono sonando, y el tío sin hacer caso ... y el teléfono
sonando ... que te dan ganas de decir: "Pero conteste, ¡¡¡por el amor
de Dios!!!". Que puede ser el indulto ...
Por fin le da a una tecla del ordenador y te dice:
- Pero es que esto está mal. Esto, ¿quién lo ha hecho?
Y tú otra vez acojonada dices:
- ... Pues, Jiménez ... pero no le diga que se lo he dicho yo.
- Pues tendrá usted que traerme otro certificado antes de 24 horas,
por que sino tendrá que pagar una multa de 2.500?, por que estos datos
no se corresponden con los de mi ordenador ...
¡Sacarle otro certificado a Jiménez en menos de 24 horas! ... Y le digo:
- ¿No sería mejor y más fácil que yo le comprara a usted otro ordenador? ...
Pero la próxima vez ... a mi no me pillan, ¿eh?.... No, no. La próxima
vez, cuando yo esté sentada delante del funcionario, sacaré el termo
de café, mi bandeja con bollo, un exprimidor, dos kilos de naranjas
... y le diré:
- Aquí tiene usted el desayuno, pero de aquí no se mueve.
martes, octubre 23, 2007
Monologo
No soy aficionada al Club de la Comedia,pero me han enviado este monólogo por correo electrónico y me parece muy bueno...estos funcionarios!
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